Tos en los gatos: Síntomas y cuándo actuar

Jason Gagné, veterinario, DACVIM
Por Jason Gagné, veterinario, DACVIM
Ultima Actualización: 20/9/2024Entre 2 y 4 minutos
La causa de la tos en los gatos

Cuando tu gato o gatito presenta tos, es natural preocuparse. La tos ocasional en un gato o gatito es normal, pero sigue leyendo para obtener más información sobre cuándo actuar.

Puede ser difícil saber cuándo es una bola de pelo, una irritación leve (y temporal) o algo que requiere tratamiento veterinario. Una simple tos puede complicarse un poco más cuando se consideran todos los posibles problemas en la nariz, la garganta y los pulmones que podrían causar síntomas de la tos en los gatos.

Es por esto que es mejor dejar que el veterinario diagnostique el misterio de la tos de tu gato. Hasta que llegue el día de la cita, es importante estar atentos a la tos y transmitir toda la información relevante al veterinario. Un video de la tos de tu gato puede ser útil si lo puedes captar en el acto.

¿Por qué tu gato tiene tos? Ocho posibles motivos

Muchas personas con gatos hacen preguntas al veterinario como: “No sé por qué mi gato tiene tos; ¿Podría ser un ataque de alergia, asma o una infección pulmonar?”

Estas son algunas de las razones más comunes por las que tu gato puede estar tosiendo más de lo habitual:

  1. Asma: El asma en los felinos puede desencadenarse por polen, moho, ácaros de polvo, humo u otros alérgenos que pueden causar inflamación de las vías respiratorias cuando los inhalan. La tos es uno de los tantos síntomas a los que debes prestar atención, pero no suele ser el único.

    Las sibilancias y la respiración rápida, los vómitos y el letargo también son signos de que pueden tener asma.

    Aunque el asma en los felinos no se puede curar, hay muchos tratamientos disponibles, inhaladores, inyecciones y píldoras. Esto no hará que la condición subyacente desaparezca, pero puede ayudar a que el gato respire de manera normal de nuevo y, a disminuir potencialmente la frecuencia y la gravedad de los ataques. A menudo, también se recomienda realizar pruebas de alergias. Esto limitará la lista de posibles desencadenantes de alergias y, una vez que sepas lo que está causando los ataques de asma, puedes comenzar a minimizar su exposición a ello.

  2. Bolas de pelo: Las bolas de pelo en los gatos son una consecuencia natural de sus hábitos de aseo. Durante este proceso, los gatos tragan pelo, que a veces se acumula en su estómago y forman estas bolas. Por lo general, los gatos intentarán eliminar las bolas de pelo al toser y tener náuseas (arcadas, que suenan como una tos, pero no, es otra forma). Esto ayuda a garantizar que la bola de pelos no termine en los intestinos, pudiendo causar una obstrucción. Aun así, puede ser molesto para los dueños ver a su gato luchando en el proceso.

    Eliminar bolas de pelo no suele ser motivo de preocupación; sin embargo, si notas que aumenta la frecuencia de la tos, arcadas y náuseas, debes visitar al veterinario para descartar cualquier otro problema.

  3. Neumonía: La neumonía felina es una de las causas más graves de tos en los gatos. Debes comunicarte de inmediato con el veterinario si tu gato tiene problemas para respirar o si notas alguna secreción de los ojos o la nariz. La tos causada por neumonía generalmente suena húmeda o chirriante.

    La neumonía es la inflamación de los pulmones, generalmente causada por una infección, lo que provoca la acumulación de líquido dentro de los pulmones. Si no se trata, esta afección puede empeorar y, con el tiempo, impedir el correcto flujo de aire hacia los pulmones. Esta afección requiere atención inmediata y tratamiento urgente.

  4. Infecciones respiratorias: Una infección respiratoria también puede provocarle a tu gato tos y sibilancia. Las infecciones virales, bacterianas o por hongos son patógenos frecuentes en los gatos y a menudo vienen con mucha tos, estornudos, olfateo y letargo. Los gatos también pueden contraer gripe felina, por lo que, si notas goteo nasal o un cambio en el apetito, esto podría explicar todos esos ataques de tos repentina. Afortunadamente, un gatito o un gato que esté al día con sus vacunas tiene una menor probabilidad de contraer la gripe.

    Si notas una tos persistente e inusual, habla con el veterinario para ver si puede descartar una infección respiratoria.

  5. Cáncer: El cáncer también puede afectar las vías respiratorias. A veces, cuando se desarrollan tumores en los pulmones, la garganta, la nariz o la boca, pueden desencadenar una tos en los gatos que no desaparece. La respiración acelerada, el letargo o la tos con sangre son algunos de los signos más comunes del cáncer de pulmón en los gatos. Al igual que con cualquier tipo de cáncer, detectarlo a tiempo puede aumentar las probabilidades de un pronóstico favorable. Por lo tanto, presta atención a cualquier cambio inusual en el comportamiento y los síntomas de tu gato y no dudes en comunicarte con el veterinario.
  6. Cuerpos extraños: A veces, tu gato ha inhalado un objeto pequeño mientras exploraba la casa o al aire libre y ahora está tosiendo sin parar para deshacerse de él. Incluso la comida puede terminar en el lugar equivocado, y puede provocar tos. Aunque los gatos harán todo lo posible para expulsar objetos extraños y alimentos atascados en las vías aéreas a través de estornudos y tos, a veces estos objetos pueden atascarse. Por lo tanto, si la tos no mejora, es imperativo comunicarte con el veterinario.
  7. Enfermedad del parásito del corazón: La enfermedad del parásito del corazón puede afectar el funcionamiento del corazón y también puede dañar los pulmones, lo que provoca la tos en tu gato.
  8. Traumatismo: Una lesión en las vías respiratorias puede provocar tos, especialmente si son gatos de interior/exterior (pero incluso los felinos domésticos pueden sufrir un traumatismo físico).

Cuándo debes preocuparte por la tos de tu gato

La tos ocasional en los gatos puede ser inofensiva. Al igual que nosotros, los gatos tosen ocasionalmente sin necesidad de atención médica. Pero es importante tener en cuenta si la tos persiste durante días o si es particularmente grave.

Afortunadamente, muchas de las afecciones enumeradas anteriormente, como el asma o las infecciones respiratorias, se pueden tratar o controlar. Independientemente de la causa, llevar a tu gato al veterinario tan pronto como sientas la preocupación, es vital para garantizar su salud.

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