La historia de Phelan
A principios de diciembre del 2015, Harold, un veterano del Ejército de los EE. UU., no tenía hogar y le costaba sobrellevar la vida cotidiana. Luego de que su familia lo abandonara y en medio de una lucha contra la depresión grave y muchos otros problemas de salud mental, Harold estaba decidido a terminar su vida en Navidad.
Afortunadamente para Harold, a mediados de diciembre, una mujer llegó al albergue donde se quedaba y lo convenció de que se ofreciera como voluntario en su nueva organización, Tails of Value, en la que adiestraba perros de servicio para veteranos. Pese a que el trabajo voluntario de Harold comenzó como un compromiso de dos horas a cambio de permanecer en el albergue, llegó el mes de abril del 2016 en un abrir y cerrar de ojos. Harold pasaba cinco días completos a la semana en la organización ayudando a adiestrar perros de servicio para otros veteranos y esperando un día obtener su propio héroe de cuatro patas.
El propio perro de servicio de Harold, Phelan, llegó inesperadamente a su vida unos pocos meses después. Phelan, una cruza entre labrador retriever, gran danés y mastín, estaba asignado originalmente para ir a otro veterano del programa. Pero al ver que Phelan no contaba con las habilidades necesarias para ayudar a ese veterano, la organización consideró quitar a Phelan del programa. Ahí fue cuando Harold intervino. “Sabía que no habían logrado corresponderse, porque Phelan no tenía nada malo”, dice Harold, que había estado ayudando a entrenar a Phelan durante los últimos dos meses. “Dije ‘vean’ y le mostré a Heather [la directora de la organización] todas las habilidades que Phelan había aprendido en el programa y Phelan demostró todo a la perfección”. Después de ver lo increíble que era el veterano para Phelan (y Phelan para él), Heather sugirió que Harold lo llevara a su hogar esa noche. Y, desde entonces, Harold tiene su propio perro de servicio de TEPT.
Esa primera noche que Phelan pasó con Harold, el perro de servicio despertó al veterano de un terror nocturno. “Fue la primera vez que me di cuenta de lo malas que eran mis pesadillas”, dice Harold. Ahora, Harold no tiene tantas noches malas porque, cada vez que el veterano tiene un terror nocturno, Phelan se sube sobre él, se acuesta sobre su pecho e incluso gime junto a su oreja para despertarlo antes de que la situación escale.
Otro síntoma de TEPT contra el que Harold ha luchado es la ira explosiva. Pero, con Phelan, Harold también puede manejar mejor este síntoma. “En general, Phelan siempre mira a su alrededor y me informa si hay alguien que no esté viendo, lo que me ayuda a no reaccionar de manera negativa”, dice Harold. Y, si Phelan siente que la ansiedad o la ira de Harold están escalando, el perro de servicio se inclina hacia la pierna de Harold y comienza a caminar de lado para alejar físicamente al veterano de cualquier cosa o persona que lo haga sentir ansioso.
“Estas son cuestiones que no me dejaban salir de mi casa”, dice Harold. “Pero Phelan ha marcado una diferencia increíble en la forma en que me siento. Gracias a Phelan, ahora puedo estar con otras personas sin temor a reaccionar de manera negativa”.
Desde que Phelan entró en su vida, Harold informa que ya no tiene pensamientos suicidas. Además, las cinco sesiones de terapia semanales que Harold necesitaba ahora se redujeron a una sesión cada tres a seis meses aproximadamente.
“Phelan ha hecho esa diferencia en mi vida”, dice Harold. “Es por eso que puedo volver a hacer las cosas. Este perro tiene mucho que dar y siempre me sorprende con lo que sabe de mí. Gracias a Phelan, no solo tengo el valor de vivir mi vida, sino que también tengo el valor de ayudar a mis colegas veteranos a aprender a vivir otra vez”.