Service Dog Huey

La historia de Huey

Después de pasar 17 años en el ejército, la vida militar era todo lo que conocía Ramón. Sin embargo, cuando lo diagnosticaron con trastorno de estrés postraumático y lesión cerebral traumática por eventos que ocurrieron en Irak, la carrera militar de Ramón se terminó de inmediato. El veterano tardó muchos años en aceptar el hecho de que tenía una discapacidad.

“En la guerra, existen muchas víctimas que pasan desapercibidas, no se las aprecia o no se las reconoce y realmente me siento como una de ellas”, dice Ramón. “Hablo de mi propia experiencia cuando digo que las heridas no observadas que muchos de nosotros portamos pueden ser, y son, tan mortales como un explosivo u otra munición. La diferencia es que me entrenaron para defenderme de estas armas hechas por el hombre. Pero cuando se trataba de las secuelas de lo que pasaba por mi mente, me quedaba indefenso”.

Afortunadamente, con la ayuda de Operation Freedom Paws (OFP), una organización de adiestramiento de perros de servicio basada en California, Ramón finalmente recibiría las herramientas y el adiestramiento para ayudar a combatir su tormento interior. Y la clave de esto fue el perro de servicio Huey. Desde el momento en que Ramón conoció a Huey en OFP, la pareja tuvo un vínculo increíble. “Huey se acercó a mí de inmediato y me abrazó. Luego, saltó a mi regazo y se sentó tranquilamente”, dice Ramón. “Nos llevamos bien desde el primer momento”.

Después de su emparejamiento, Ramón y Huey continuaron con el adiestramiento formal durante el año siguiente, tiempo que permitió que el perro de servicio realmente comprendiera los matices de los comportamientos y la fisiología de Ramón y sepa cuándo Ramón está bien o si necesita asistencia. Por ejemplo, los síntomas del traumatismo cerebral (traumatic brain injury, TBI) de Ramón incluyen episodios de mareos y migrañas intensas. Con los episodios de mareos, Ramón dice: “Huey puede detectar cuándo ocurre un mareo con solo oler los cambios en mi química corporal”. Cuando esto sucede, el perro de servicio se pondrá de pie entre las piernas de Ramón para sostenerlo y ayudarlo a lograr el equilibrio. Y, seguramente, en cuestión de segundos, en cuanto Ramón comience a marearse, Huey ya estará ahí para equilibrarlo.

Huey también puede oler cuando Ramón va a tener una migraña mucho antes de que comience. Debido a esto, cada mañana Ramón pide a Huey que lo huela cuando se despierta. Además, si el perro de servicio lame la oreja de Ramón después de olerlo, Ramón sabe que lo espera una migraña y que necesita tomar su medicamento. “Debido a la capacidad de Huey para hacer esto, cuando mi migraña llega, es solo un dolor de cabeza leve en lugar de desarrollarse por completo y debilitarme”.

Las formas en que Huey ha sido capaz de mitigar los síntomas del TEPT y el TBI de Ramón no tienen fin. El perro de servicio puede disipar la ansiedad en casa de Ramón con un salto a su regazo o una lamida en su cara. Puede alejar físicamente al veterano de los factores detonantes en una multitud. El labrador color chocolate fue capaz de detectar una úlcera sangrante seria en el veterano antes de que un médico la diagnosticara. Pero, según Ramón, de todas las habilidades destacadas de Huey, tal vez la más fundamental sea la capacidad del perro de servicio para desempeñar el papel de intérprete familiar.

Cuando Ramón volvió a la vida civil, no pudo expresar ningún tipo de sentimiento a su familia. La esposa de Ramón se esforzó por encontrar maneras de ayudarlo a enfrentar sus nuevos desafíos mientras criaba a sus dos hijos. Pero Ramón no hablaba. En cambio, cuando alguien de la familia le preguntaba sobre él, reaccionaba de forma verbalmente violenta.

Con el tiempo, poco a poco, el veterano comenzó a abrirse con Huey. Muchas veces, el perro de servicio permanece tranquilo al lado de Ramón, lo que significaba apoyo libre de juicios. En otras ocasiones, si el veterano se sentía realmente decaído, Huey iba directo a buscar a la esposa de Ramón para llamar su atención y, luego, volver hacia Ramón, y así hacerle saber a su esposa que el veterano se sentía mal y que necesitaba su presencia. Debido a esta interacción forzada, Ramón finalmente comenzó a hablar con su esposa y sus hijos acerca de su frustración respecto a su situación y discapacidad. “Lo más grande que Huey me ha ayudado a hacer es convertirme en el padre y el esposo que alguna vez fui”, dice Ramón. “Con mi orgullo, solía decir que estaba bien. Me está yendo bien”, dice Ramón. “Pero Huey parecía decir ‘no, no estás bien’ y me lo estaba informando. Así que todas sus acciones me ayudaron a abrirme a mi familia y comunicarles lo que estaba pensando”.

Hace seis años, cuando Ramón decidió ponerse en contacto con Operation Freedom Paws, quería volver a ser “normal”, al igual que la mayoría de los veteranos que postulan para recibir un perro de servicio. Y aunque la vida de Ramón nunca podrá ser exactamente como fue antes de su tiempo en servicio, está claro que Huey ha tenido un impacto extraordinario en ayudar a restaurar la felicidad de Ramón y volver a conectarlo con sus seres queridos.

“Me cerré con todos, me alejé de mi familia. Tenía una ira increíble. Pero desde que Huey ha entrado en nuestras vidas, se volvió más fácil. Huey ha despertado una parte de mí que ha estado dormida desde mi regreso de Irak. En lugar de aislarme y alejar a mi familia, he podido hacer cosas con mi esposa y mis hijos. Puedo volver a disfrutar en su compañía”.

Hoy en día, Ramón continúa la cadena de favores como mentor e instructor en Operation Freedom Paws, en donde puede compartir sus habilidades y experiencia con otros veteranos. “Todos los días es una lucha y sé que la vida nunca será la misma”, dice Ramón. “Pero con Huey, puedo hacer lo imposible. Ahora puedo pararme erguido, con la frente en alto y decir con orgullo: “Soy un veterano con una discapacidad”.

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