Convulsiones en perros: causas, síntomas y tratamiento
Una convulsión se suele describir como una tormenta eléctrica en el cerebro. Las células cerebrales, llamadas neuronas, se comunican mediante señales eléctricas y químicas. Una convulsión, también conocida como crisis epiléptica o “ataque”, se produce cuando hay un aumento repentino de la actividad eléctrica en el cerebro. En un electroencefalograma, un dispositivo que mide la actividad eléctrica del cerebro, una convulsión aparece como una serie de picos repentinos y breves en las ondas cerebrales.
Los perros pueden tener diferentes tipos de convulsiones. Las convulsiones generalizadas parecen producirse en todo el cerebro, todas a la vez. Las convulsiones focales generalmente se limitan a una determinada zona del cerebro.
Compresión de las convulsiones
Las convulsiones están asociadas con la epilepsia, pero también pueden tener otras causas. Las lesiones en la cabeza, la ingesta de plantas o medicamentos tóxicos, las afecciones metabólicas como niveles bajos de azúcar o de calcio en sangre, las enfermedades como el moquillo o la encefalitis y los golpes de calor pueden ser factores que contribuyen a las convulsiones.
Las convulsiones pueden suceder en cualquier momento, pero en la mayoría de los casos ocurren cuando el perro está relajado o dormido. La causa de las convulsiones puede afectar al momento en que se producen. Por ejemplo, las convulsiones causadas por hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en sangre) pueden producirse cuando un perro está activo o excitado.
Algunos perros experimentan cambios en el comportamiento que indican que está a punto de producirse una convulsión. Pueden tener la mirada perdida, verse confundidos o ansiosos, o esconderse. Durante la convulsión, pueden colapsar o perder el conocimiento. El cuerpo puede dar sacudidas o ponerse rígido, o los músculos pueden contraerse. Durante una convulsión, también pueden babear o perder el control de la vejiga o los intestinos. Las convulsiones pueden durar solo unos segundos o unos minutos. Nunca pongas las manos en la boca de un perro durante una convulsión. Toma las medidas necesarias para protegerlo, asegúrate de que no pueda lastimarse con escaleras, golpearse con bordes de la mesa, caerse de los muebles u otros posibles peligros.
Después de la convulsión, el perro puede parecer agitado o desorientado. Este “estupor poscrítico” puede ser breve o durar unas horas. Lleva inmediatamente al perro a un veterinario si las convulsiones duran más de cinco minutos o si el perro tuvo varias convulsiones en un día.
Diagnóstico de las convulsiones
Las convulsiones no son una enfermedad en sí mismas, sino un síntoma de un problema subyacente. Cuanta más información tenga el veterinario sobre las convulsiones de un perro, más fácil será determinar la causa. Puede ser útil informar cuánto tiempo duraron las convulsiones, qué hizo el perro durante las convulsiones y qué ocurrió antes de ellas. Por ejemplo, ¿el perro había estado en el exterior? Puede haber ingerido algo tóxico. Los antecedentes médicos, el examen físico y las pruebas de laboratorio también son elementos de diagnóstico importantes.
Tratamiento
Las convulsiones se pueden controlar, pero no se curan.
Si crees que tu perro puede estar sufriendo convulsiones, comunícate con tu veterinario.
Haz clic aquí para obtener más información sobre:
Alimento balanceado para perros Purina Pro Plan Veterinary Diets
Alimento para gatos Purina Pro Plan Veterinary Diets