Cómo comprender la enfermedad hepática en gatos
La enfermedad hepática en gatos es una afección bastante común que se puede tratar de manera efectiva cuando se detecta temprano. Si el veterinario le ha diagnosticado una enfermedad hepática a tu gato, es esencial proporcionarle la dieta adecuada para ayudarlo a mantenerse saludable a largo plazo.
Este artículo explica por qué el hígado es importante, qué tipos de problemas pueden ocurrir y cómo la nutrición puede ayudar a mejorar la calidad de vida de tu gato.
Cuál es la función del hígado
El hígado es uno de los órganos más grandes del organismo de tu mascota. Está situado entre los pulmones y el estómago y puede ser sensible a enfermedades y daños, por lo que es importante conocer más sobre sus funciones. Al igual que en el cuerpo humano, el hígado de un gato cumple muchas funciones esenciales para su salud. Produce hormonas, proteínas y glucosa (energía), al mismo tiempo que elimina los productos de desecho, los medicamentos y las toxinas de la sangre.
Otra función principal del hígado es que almacena nutrientes útiles como vitaminas, hierro y energía. Además, también ayuda a combatir las infecciones porque produce factores inmunitarios y elimina las bacterias de la sangre, lo que garantiza que tu gato se mantenga saludable y feliz. Un hígado que funciona correctamente también ayudará al organismo de tu mascota a digerir y absorber grasas, así como otros nutrientes importantes.
Síntomas de enfermedad hepática en gatos
La enfermedad hepática en gatos es una afección grave que puede empeorar con el tiempo si no se trata. Es especialmente importante que hables con tu veterinario sobre tus inquietudes si observas alguno de los signos que se enumeran a continuación:
- Babeo excesivo
- Los gatos con enfermedad hepática crónica (a largo plazo) suelen presentar signos vagos e inespecíficos como pérdida del apetito, letargo y pérdida de peso
- La enfermedad hepática aguda (repentina) presenta signos mucho más evidentes que incluyen vómitos, diarrea, inflamación abdominal, fiebre, sedy ganas de orinar excesivas, e ictericia (coloración amarillenta de la piel, la parte blanca de los ojos y las encías)
- Una enfermedad hepática muy grave puede provocar la acumulación de grandes cantidades de toxinas en la sangre, que pueden afectar el cerebro, lo que causa desorientación, confusión y convulsiones por “encefalopatía hepática”
¿Qué causa la enfermedad hepática en los gatos?
Hay varias cosas que pueden afectar la función hepática de tu gato. Algunas de ellas se pueden prevenir con el cuidado adecuado, mientras que otras pueden aparecer repentinamente debido a la genética o a ciertas predisposiciones. Estas posibles causas incluyen las siguientes:
- Infecciones virales o bacterianas
- Intoxicaciones
- Hepatitis (inflamación del hígado), que a menudo se debe a una causa desconocida y, a veces, puede provocar cicatrices o cirrosis
- Tumores
- Problemas genéticos en algunas razas
- Problemas hereditarios relacionados con los vasos sanguíneos del hígado, llamados “ cortocircuitos portosistémicos”
- Enfermedad del hígado graso (lipidosis hepática)
La edad, el peso y la raza de tu gato también pueden aumentar las probabilidades de desarrollar problemas hepáticos. Por ejemplo, es considerablemente más común que los gatos sénior, los gatos con sobrepeso y ciertas razas como los gatos siameses desarrollen enfermedades hepáticas. No hace falta decir que un veterinario es la única persona que puede diagnosticar a un gato con un problema hepático o con cualquier otra enfermedad, después de realizar un examen exhaustivo. En ciertos casos, es posible que se necesiten algunas pruebas, radiografías o incluso tomografías computarizadas para obtener un diagnóstico correcto y comprender completamente los problemas hepáticos de tu gato.
¿Un gato se puede recuperar de una enfermedad hepática?
La respuesta corta es sí. Sin dudas, los gatos se pueden recuperar de una enfermedad hepática. Sin embargo, no es fácil. Los gatos son muy reacios a ser medicados y normalmente se estresan si su entorno cambia debido a que son hospitalizados. Pero eso no significa que sea imposible. Según el gato y los diversos tratamientos disponibles, es completamente posible que tu amigo peludo se recupere.
¿Cómo se trata la enfermedad hepática en los gatos?
El tratamiento de la enfermedad hepática depende del diagnóstico. Es muy probable que el veterinario te recomiende cambiar la dieta de tu gato junto con otras medidas específicas. También debes saber que podría requerir una biopsia hepática para determinar la causa de la enfermedad y su tratamiento adecuado. Sin embargo, es un procedimiento invasivo que generalmente se realiza como una biopsia quirúrgica simple o como una biopsia con aguja. Tu gato estará bajo anestesia todo el tiempo, por lo que habrá una molestia mínima.
Normalmente, no es necesaria la hospitalización para gatos con síntomas leves de enfermedad hepática. Esto significa que podrás mantenerlo en casa y tratarlo con medicamentos que ayuden a minimizar las náuseas y los vómitos para que puedan comer correctamente. Sin embargo, si hay síntomas más preocupantes, como pérdida de peso o deshidratación, es posible que tu gato necesite la supervisión constante del personal médico en un hospital veterinario. Debido a que los problemas hepáticos también pueden afectar la salud de otros órganos, lo mejor es monitorear de cerca la recuperación de tu gato.
¿Existe una dieta para la enfermedad hepática en gatos?
El hígado es un órgano que tiene una capacidad increíble para regenerarse y puede seguir funcionando cuando hasta el 75 % está enfermo o se ha extirpado. Una dieta especialmente formulada puede servir como un tratamiento eficaz para las enfermedades hepáticas en gatos, lo que ayuda a controlar la enfermedad y a que el hígado de tu gato vuelva a la normalidad.
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