Sugerencias sobre la caja de arena del gato: qué hacer y qué no
Por Equipo de expertos en mascotas
Ultima Actualización: 19/9/2024Entre 1 y 2 minutos
Tidy Cats te ayuda a volver a lo básico de la arena. Tanto si es la primera vez que tienes un gato como si necesitas refrescar un poco las prácticas recomendadas, aquí tienes una lista sencilla de lo que debes y no debes hacer con la arena.
Lo que debes hacer
- Recoger los desechos a diario. Los gatos prefieren una zona limpia para hacer sus necesidades (y no podemos culparlos). Así que, si utilizas una arena aglomerante, recoge y tira las aglomeraciones todos los días.
- Limpiar las cajas de arena con frecuencia. Lava la caja de arena todos los meses con agua y detergente suave, y rellénala con arena nueva. Se trata de mantener todo limpio.
- Rellenar la caja con arena fresca a una profundidad de unas 3 a 4 pulgadas en el caso de la arena aglomerante. De este modo, se garantiza que haya suficiente arena para cubrir sus excrementos si así lo prefieren y que haya suficiente profundidad para formar aglomeraciones compactas. (La arena no aglomerante debe llenarse hasta unas 2 a 3 pulgadas).
- Tener suficientes cajas para que cada gato tenga la suya, más una adicional. (Por lo tanto, 1 gato = 2 cajas. 2 gatos = 3 cajas. Y así sucesivamente, se entiende).
Lo que no debes hacer
- Tirar las aglomeraciones de arena por el retrete (las cañerías de tu casa no están hechas para eso) o vaciar la caja de arena en el jardín (podría atraer moscas u otros gatos).
- Utilizar productos de limpieza con amoníaco, ya que podrían irritar a tu gato.
- Cambiar repentinamente el tipo de arena. Los gatos necesitan tiempo para adaptarse; un cambio rápido podría causarle estrés a tu gato y hacer que rechace la caja de arena.
- Descuidar las cajas. A los gatos les gusta la limpieza y, si una caja no está cuidada, puede evitarla, lo que provocará más “accidentes” fuera de ella.
- Colocar las cajas en zonas no deseadas. No deseadas puede significar varias cosas: demasiado pequeñas, demasiado difíciles de alcanzar o demasiado cerca de su comida, por nombrar algunas. Regla general: si a ti no te gustaría hacer tus necesidades allí, a tu gato tampoco.